Wednesday, August 29, 2007

A UN RÍO LE LLAMAN CARLOS



(Foto del Charles River desde el lado de Boston, de cara a los hangares de canoas y botes, y al Campus principal de la Universidad de Harvard)



A UN RÍO LE LLAMAN CARLOS
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(Charles River, Cambridge, Massachusetts)


Yo me senté en la orilla;
quería preguntarte, preguntarme tu secreto;
convencerme de que los ríos resbalan hacia un anhelo y viven;
y que cada uno nace y muere distinto (lo mismo que a ti te llaman Carlos).

Quería preguntarte, mi alma quería preguntarte
por qué anhelas, hacia qué resbalas, para qué vives.
Dímelo, río,
y dime, di, por qué te llaman Carlos.

Ah, loco, yo, loco, quería saber qué eras, quién eras
(genero, especie)
y qué eran, qué significaban «fluir», «fluido», «fluente»;
qué instante era tu instante
cuál de tus mil reflejos, tu reflejo absoluto
yo quería indagar el último recinto de tu vida
tu unicidad, esa alma de agua única,
por la que te conocen por Carlos.

Carlos es una tristeza, muy mansa y gris, que fluye
entre edificios nobles, a Minerva sagrados
y entre hangares que anuncios y consignas coronan.
Y el río fluye y fluye, indiferente.
A veces, suburbana, verde, una sonrisilla
de hierba se distiende, pegada a la ribera.
Yo me he sentado allí,
sobre la hierba quemada del invierno para pensar por qué los ríos
siempre anhelan futuro, como tú lento y gris.
Y para preguntarte por qué te llaman Carlos.

Y tu fluías, fluías, sin cesar, indiferente
y no escuchabas a tu amante extático
que te miraba preguntándote
como miramos a nuestra primera enamorada
para saber si le fluye un alma por los ojos,
y si en su sima el mundo será todo luz blanca
o si acaso su sonreír es sólo eso: una boca amarga que besa.
Así te preguntaba: como le preguntamos a Dios en la sombra de los quince años,
entre fiebres oscuras y los días —qué verano— tan lentos.
Yo quería que me revelaras el secreto de la vida
y de tu vida, y por qué te llamaban Carlos.

Yo no sé por qué me he puesto tan triste, contemplando
el fluir de este río
Un río es agua, lágrimas, mas no sé quién las llora.
El río Carlos es una tristeza gris, mas no sé quién la llora.
Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza, y no sabemos de dónde viene la tristeza.
Como yo no sé quién te llora, río Carlos,
como yo no sé por qué eres una tristeza
ni por qué te llaman Carlos.

Era bien de mañana
cuando yo me he sentado a contemplar el misterio fluyente de este río,
y he pasado muchas horas preguntándome, preguntándote.
Preguntando a este río, gris lo mismo que un dios;
preguntándome, como se le pregunta a un dios triste:
¿qué buscan los ríos?, ¿qué es un río?
Dime, dime qué eres, qué buscas,
río, y por qué te llaman Carlos.

Y ahora me fluye dentro una tristeza,
un río de tristeza gris,
con lentos puentes grises, como estructuras funerales grises.
Tengo frío en el alma y en los pies.
Y el sol se pone.
Ha debido pasar mucho tiempo.
Ha debido pasar el tiempo lento, lento, minutos, siglos, eras.
Ha debido pasar toda la pena del mundo, como un tiempo lentísimo.
Han debido pasar todas las lágrimas del mundo, como un río indiferente.
Ha debido pasar mucho tiempo, amigos míos, mucho tiempo
desde que yo me senté aquí en la orilla, a orillas
de esta tristeza, de este
río al que le llamaban Dámaso, digo, Carlos.


DÁMASO ALONSO 1898-1980
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El Charles River, es un río del estado de Massachussetts, USA, que separa Boston de Cambridge y Charlestown.
Nace en el Lago Echo y fluye a través de 58 ciudades del norte de Massachussetts, recibiendo unos 80 afluentes y varios grandes acuíferos, antes de desembocar en el puerto de Boston.
Las Universidades de Harvard, Boston, Brandeis y el Instituto Tecnológico de Massachussetts, están situados a lo largo del Charles River.
En el mismo Boston se abre formando un gran lago, bordeado de grandes Parques, como el Charles River Esplanade, donde en verano se dan conciertos y es muy famosa su celebración del 4 de julio Dia de la Independencia. No sé seguro si es el que aparecía en la película "Picnick", pero es probable.
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Dámaso Alonso tenía este poema como preferido entre los que escribió, pero el Alzheimer que le aquejó en sus últimos años, hizo que olvidara todo y el poema también.
A pesar de ello, veían como cada día se acercaba a su librería y el único libro que cogía era el que contenía este poema, lo acariciaba un momento y volvia a dejarlo en su sitio.
Ya hacia tiempo que había olvidado leer y escribir.
Y cuando un día le presentaron a alguien de nombre Carlos, le dijeron: se llama Carlos, como el río. ¿Qué río? preguntó.






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2 Comments:

Blogger carmen said...

Hola preciosa, siempre me doy una vuelta en tu mundo y leo algunas cosillas.
Hoy vengo para decirte que he tenido el honor de seleccionarte para el premio "Blog Solidario". Felicidades.

Cuidate. Un abrazo

2:29 PM

 
Blogger Santiago said...

lindos poemas, me dan mucha paz. yo no soy mucho de escribir, pero si lo hago en frente de una playa o de las montañas, me inspiro en ese momento. ahora que saque vuelos a Cancun tengo muchas playas para recorrer e insiprarme

2:11 PM

 

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