LA ISLA DE GORÉE (frente a Dakar)

Foto 1 = Entrada a la Casa de Esclavos
" 2 = Las célebres escaleras, con enmedio, al fondo, la Puerta sin Retorno
" 3 = Pasadizo a la Puerta sin retorno
" 4 = Vista Puerta sin Retorno abierta al mar
" 5 = Rótulo puesto sobre la Puerta del Viaje sin Retorno


LA MAISON DES ESCLAVES
Chef Conservateur Boubacar Joseph Ndiaye

Isla de Gorée, (frente a Dakar), SENEGAL
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La "Maison des Esclaves" hoy convertida en museo, es la última casa de esclavos que se conserva hoy día en la Isla de Gorée.

Fue construída en 1776 por los holandeses.
Las primeras Casas de Esclavos se remontan al 1536 construídas por los portugueses, que fueron los primeros europeos en pisar el suelo de la Isla de Gorée en 1444.

Durante tres siglos y medio, los nativos fueron perseguidos, cazados y arrancados de su suelo natal, bajo la tortura y la humillación, para ser vendidos como esclavos.

Sobre ese trasvase brutal de millones de negros, la casi totalidad del Nuevo Mundo, construyó sus realidades políticas, económicas y sociales.

En celdas que medían 2.60 x 2.60 m., metían hasta 15-20 personas, sentadas en el suelo, la espalda contra la pared, con cadenas en el cuello y en los brazos. No los liberaban más que una vez al día, para ir a hacer sus necesidades en el exterior, llevando la bola y las cadenas en las manos.

Generalmente, en esta casa, vivían en un estadp de higiene tan repugnante que la primera epidemia de peste que azotó la Isla partió de aquí.

El efectivo de esclavos en esta pequeña casa, variaba entre 150 y 200.
La espera para la partida era muy larga, casi de tres meses, ya que esperaban la llegada de los veleros que debían transportarles.
A menudo, en esta casa, se encontraba toda la familia: el padre, la madre y los hijos e hijas, separados cada uno en sus celdas.
Había celdas de HOMBRES, MUJERES, CHICAS JOVENES y NIÑOS.

La salida para las Américas dependía también de los compradores, y el padre podía ir a la Louisiana en USA, la madre al Brasil o Cuba, los hijos e hijas a Haití o a las Antillas. La separación era total.
Partían de Gorée bajo un número de matrícula y jamás bajo sus nombres africanos.

En las celdas tanto de Hombres, Mujeres, Chicas jóvenes, la tasa de mortalidad era muy elevada, y especialmente en la de los niños/niñas, que como es natural, era la más alta de la Casa de Esclavos.

Las chicas jóvenes las separaban de las mujeres poque ellas eran más caras.
En estas Casas de Esclavos el velor de una mujer dependía de sus pechos y de su virginidad.
Todas las casas como esta, hoy al borde del mar, en Gorée, habían sido viejas casas de esclavos, incluído el actual presbiterio.

Ciertos negreros tenían trato sexual con jóvenes esclavas en estas casas, y cuando se comprobaba que estaban embarazadas, eran puestas en libertad en Gorée, o en Saint-Louis del Senegal. Resultaba pues conveniente para las jóvenes entregarse a los negreros, para ser libres.
Para estas jóvenes era una salida segura. Y para su descendencia, y por eso, a la joven mestiza en Gorée se la llamaba "Signare" deformación del nombre de "Señora".
Estas mestizas formaban la aristocracia en Gorée, al igual que los "créoles" en las Antillas francesas.

También había una celda para los "Inaptos temporales". Se les llamaba así porque el valor de un hombre dependía de su peso.
El peso mínimo de los hombres debía ser de 60 kgs.
A los que pesaban menos los ponían en esa celda para ser engordados. Engordados como ocas, conlo que en Senegal llamaban "fève de marée" y que actualmente llaman Niébé. Son melocotones, que en Senegal son muy harinosos.

El corredor o pasadizo hacia la "Puerta sin Retorno" se encuentra enmedio de las célebres escaleras que van al piso de arriba, donde vivian los comerciantes negreros y donde se cerraban los precios de los cargamentos de esclavos que iban a ser embarcados.
A partir de esa puerta que daba sobre el mar, los esclavos ya no volverían nunca más a Africa.

A la salida de esa puerta había un muelle de madera de palma ue servia de embarcadero.
En el momento de embarcar algunos de esos esclavos, evidentemente, probaban de escapar tirándose al agua. Esos pobres no podían ir muy lejos, porque eran muertos por los guardianes o devorados por los tiburones.
Había siempre muchos tiburones en las aguas cercanas a esa puerta, ya que los enfermos o agonizantes eran corrientemente echados al mar por ella, y esto atraía a los escualos que sabían que allí encontrarían comida.

Es precisamente en esa Puerta del Viaje sin Retorno, donde fue recibido el Papa Juan Pablo II en febrero de 1992. Y es también desde esa puerta que el Papa pidió perdón a África.






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