Sunday, October 04, 2009

JOHANN GOTTFRIED HERDER






El 18 de diciembre de 2003, se cumplió el segundo centenario de la muerte de Johann Gottfried Herder, filósofo y poeta, pastor luterano y masón, reconocido como uno de los creadores de la filosofía de la historia y crítico de la Ilustración, de quien se dice que fue, junto con Kant y Goethe, uno de los pensadores que más influyeron en su generación y en las siguientes.

Sin embargo, este reconocimiento no deja de incluir un matiz de olvido:
Herder se cuenta entre aquellas figuras a las que se ha convertido en hábito mencionar en notas a pie de página, sin que esto signifique que realmente se preste atención a su pensamiento.

Durante el siglo XIX su obra era conocida por los historiadores y si bien después pasó a un segundo plano, ha tenido otros momentos de reconocimiento.
Uno se dio en el entorno de la Segunda Guerra Mundial; el último parece haberse iniciado a finales del siglo pasado, debido de modo fundamental a los estudios que Isaiah Berlin ha dedicado a varios pensadores del siglo XVIII que se caracterizaron por su oposición a la Ilustración.


Johann Gottfried Herder nació en 1744, en Mohrungen, Prusia oriental, en el seno de una humilde familia pietista.
Asistió a la escuela de latín, donde recibió una formación humanista básica, y a los 16 años emigró, huyendo del "trato rudo" y del servicio militar obligatorio que los Hohenzollern habían impuesto a las comunidades de Prusia oriental.

Trabajó como escribano de un diácono y continuó su formación literaria autodidacta, hasta que fue admitido en la Facultad de Teología de Könisberg, donde asistió a las clases de antropología y cosmología de Kant y conoció a Hamann, quien influyó profundamente en él.

Después de terminar sus estudios, Herder vivió en Riga (1764-1769) como pastor adjunto, predicador y rector de la escuela de la Catedral.
En 1769 viajó por las costas del Báltico, producto del cual fue su Diario de mi viaje en el año 1769.

También visitó Francia, encerrándose a leer la Enciclopedia y a los filósofos ilustrados, al descubrir que no entendía el francés hablado; más tarde conoció a Lessing, a Lavater y otros distinguidos personajes del mundo intelectual y religioso alemán, con quienes mantuvo contacto epistolar.

Entre 1770 y 1776 fue pastor luterano y consejero del Consistorio en Bückeburg.

Durante una estadía en Estrasburgo conoció a Goethe, sobre quien influyó, y con el cual participó —junto con Schiller y Hamann— en el movimiento prerromántico Sturm und Drang.
En ese periodo desarrolló una intensa actividad intelectual, publicando sus primeras recopilaciones de cantos y poesías populares y varios ensayos sobre temas religiosos y literarios, entre los que destacan los referentes a la poesía de Ossian y Shakespeare (1773) y a las relaciones entre la lengua y la mentalidad de los pueblos.

En 1773 se casó con Caroline Flaschland, y en 1774 publicó su primera gran obra de filosofía de la historia: Una otra filosofía de la historia para contribuir a la educación de la humanidad.

En otros ensayos polemizó con Hamann acerca de los orígenes del lenguaje y criticó a Winckelmann y a Klotz por su apego a la antigüedad clásica como modelo y norma de toda creación artística, afirmando, en cambio, el valor de las culturas populares.

Desde 1776 se estableció en Weimar, como director consistorial de la iglesia luterana del ducado.
Entre sus numerosas publicaciones sobresale su obra principal, "Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad" (cuatro tomos, aparecidos entre 1784 y 1791), que presentó como una reedición aumentada de su trabajo anterior

Aunque su obra tuvo influencia en sus contemporáneos (por ejemplo, en Lessing), no dejó de provocar polémica.
Kant criticó los dos primeros tomos de sus Ideas, lo que dio lugar a un distanciamiento entre ellos que acabaría, a finales del siglo, en un ataque feroz de Herder contra su antiguo maestro.

En los diez últimos años de su vida rompió su amistad con Goethe y Schiller y vivió apartado, con pocos amigos, entre ellos Wieland.

En 1801 fue nombrado presidente del Consistorio Supremo de la Iglesia luterana, y el Elector de Baviera le confirió un título de nobleza.

Sus últimas publicaciones sobre filosofía de la historia fueron sus "Cartas para la educación de la humanidad" (1793-1797) —que algunos consideran la última parte de sus Ideas— y varios ensayos en la revista Adrastea (1801-1803), fundada por él.

Herder murió en Weimar el 18 de diciembre de 1803.






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