LA BÚSQUEDA , SEGÚN PLATÓN

LA ETERNA BÚSQUEDA DEL AMOR
(o EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO)

¿Por qué siempre estamos buscando?..... Algo nos falta.

¿Y sabemos de cierto el qué? ........Lo intuímos. Nuestro YO completo.
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En las teogonías más antiguas, Eros es un dios que nace directamente al igual que la Tierra, del Caos primitivo.

Según otras versiones, Eros nace del Huevo primordial engendrado por la Noche, cuyas dos mitades, al separarse, forman la Tierra y el Cielo.
Eros siempre será una fuerza fundamental del universo, que asegura, no sólo la continuídad de las especies, sino también la cohesión interna del cosmos.

Pero el mito que más ha influído en la concepción del amor en los albores de Occidente es el que nos presenta Platón en el Banquete, poniéndolo en boca de la sacerdotisa Diótima (de Mantinea) : Eros, intermediario entre los dioses y los hombres, hijo de Afrodita y de Hermes, posee una doble naturaleza según proceda de Afrodita Pándemos, diosa del deseo carnal, o bien de Afrodita Ourania, que es la de los amores etéreos.

A la vez, en un sentido aún más simbólico, Eros se nos presenta en el Banquete como hijo de Poros (Recurso) y de Penia (Pobreza), a este doble parentesco le debe su eterna insatisfacción:
La Pobreza le lleva a la búsqueda sin fin del objeto del deseo, el Recurso le permite ingeniárselas para conseguirlo.
Es, por tanto, una fuerza perpétuamente insatisfecha e inquieta a la que los poetas fueron dando su fisionomía tradicional.
Se le representa como a un niño, con frecuencia alado, que se divierte desasosegando los corazones de los dioses y de los mortales: los inflama con su antorcha, los hiere caprichosamente con sus flechas; pero, bajo una apariencia inocente, se esconde el dios poderoso y capaz, si se le antoja, de producir las más crueles heridas.

También en el Banquete de Platón, pero esta vez, por boca de Aristófanes, se nos relata que los primeros hombres tuvieron una forma redonda, una forma de esfera aovada, como la del cosmos, (en la fotografía están tranquilitos en un plato) pero, cuando por orgullo, se levantaron contra Zeus, osando subir al Olimpo, el dios de dioses los separó por la mitad y, desde entonces, vivieron divididos.

Cada ser humano no es, pues, más que una mitad que, impulsada por Eros, aspira al restablecimiento de la totalidad establecida en los comienzos.

Sin embargo, Eros no siempre lanza sus flechas en la dirección correcta, el niño-dios, con los ojos vendados (el amor es ciego), se entretiene jugando con los eternos y con los mortales.


El Mito de Eros, sería posible estructurarlo a través de sus dos mitemas que (según C. Lévi-Strauss) son fundamentales:

la AUSENCIA, es decir, la falta de la mitad del ser... la falta del otro.. al que sabemos parte de nosotros mismos.

y la BÚSQUEDA, ese ir al encuentro de lo que nos falta y que, sin embargo, constituye nuestra primera y esencial naturaleza.


Personalmente, creo que puede existir un tercer mitema, que sería:

el BUSCAR EN NUESTRO INTERIOR , la huella, la inprompta, LA MAGIA, que debió dejar con seguridad, la mitad cercenada (si así sucedió). O el espíritu que puede poner fin a esta búsqueda de sí mismo, equivocadamente realizada en el exterior.
Afirmo que la podemos hallar en nuestro interior, desde luego hablando de Afrodita Ourania.


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