Monday, June 04, 2007

Alejandría, Biblioteca


Canal de Suez


Mar Rojo


Monte Sinaí


Montañas alrededor del Sinaí


ALEJANDRÍA - EL DELTA DEL NILO - MAR ROJO - CANAL DE SUEZ - EL SINAÍ

Historia e informaciones turísticas



ALEJANDRÍA


Alejandría, ciudad mítica, es hoy en día una población moderna y la segunda ciudad más grande de Egipto. Alejandría constituye, además, uno de los sitios más buscado por los actuales egipcios, gracias a sus bellas playas.
Fue fundada por Alejandro Magno en el 332 a.C. como asentamiento griego y los ptolomeos la convirtieron en capital. Alejandría es célebre por ser el lugar donde la divina Cleopatra se quito la vida, por haber sido un activo centro social de animadas fiestas y, sobre todo, por el desarrollo cultural y científico que se desplegó en torno al Museidon, una institución en la que eruditos de todo el mundo estudiaban distintas materias. Este centro contaba con una completísima biblioteca (que desapareció en un incendio que acabo con todo el recinto), con salas de conferencias, parques y un zoológico. En la actualidad no se conoce el lugar exacto donde estuvo ubicado este centro de sabiduría.
La mejor forma para descubrir Alejandría es hacerlo caminando. El puerto ha sido el centro de la ciudad durante toda su historia y desde él se puede acceder a la Isla de Faros en la que estaba situado un faro de más de 120 m. considerado como una de las Siete Maravillas del Mundo. Cuenta la leyenda que en este faro había más de 300 habitaciones para los trabajadores y en la parte más alta estaba situada la maquinaria que lo hacía funcionar, se cree que era una especie de lente inventada por los matemáticos alejandrinos, pero en realidad no se sabe cómo funcionaba. Su desaparición en el siglo VIII convirtió al faro y a todo lo que le rodea en un auténtico misterio. Aunque fue reconstruido nunca recuperó su esplendor y en el siglo XIV un terremoto lo destruyó totalmente. El sultán Qaitbay aprovechó los restos para construir en el mismo lugar una fortaleza en 1480, Fort Qait-Bay. Se pueden contemplar en la actualidad algunas columnas de granito y mármol y el Museo Hidrobiológico que acoge un Acuario de agua marina con peces del Mediterráneo y el Mar Rojo en 50 peceras. La Isla de Faros está unida a la ciudad por un dique de gran anchura por el que circulan varias líneas de tranvías.
Siguiendo en dirección oeste, dentro de la isla, se puede contemplar desde el exterior (ya que está prohibida su visita), el Palacio de Ras at Tin, antigua residencia de los reyes egipcios utilizado hoy en día para recepciones oficiales. Muy cerca están las Tumbas de Anfushi de procedencia ptolemaica excavadas en la roca en el siglo II a.C. En estas tumbas se mezclan los estilos griego y egipcio. Las paredes de estuco están pintadas imitando bloques de mármol y azulejos y realmente lo parecen.
Desde allí se puede ir hacia la plaza, donde se encuentra la Mezquita de Abu-el-Abas, de 1943, que se construyó sobre la tumba del jeque Abu-el-Abas fallecido en el siglo XIII, obra maestra de la arquitectura islámica. También en esta plaza se levanta la Mezquita de Sidi Dawud, más pequeña. Otro edificio situado en el casco antiguo es la Mezquita Terbana con una fachada de ladrillos rojos y negros recubierta con pintura amarillo pálido y antiguas columnas corintias.
El barrio sur de Alejandría, Rhakotis, era el centro de la antigua villa. En la actualidad solo se conserva de aquella época la Columna de Pompeyo, con 27 m. de altura, construida en granito rosa en el 300 a.C. en honor de Diocleciano. Esta columna estaba situada en el Serapeum, antiguo santuario localizado en una colina consagrado al dios Serapis.
Al sur de la Columna se encuentran las Catacumbas de Kom el Shokafa. Este complejo funerario construido por los romanos en el II a.C. está excavado en la roca y tiene tres niveles en los que se mezclan los estilos egipcios, griegos y romanos. A la entrada se ubican cuatro sarcófagos de granito púrpura de gran belleza, después de admirarlos se desciende al primer nivel iluminado por una abertura central que era por donde, a través de cuerdas, descendían los cuerpos. En este nivel se encuentra la sala donde los familiares despedían al difunto con un banquete. El segundo nivel acoge una impresionante tumba con hermosas decoraciones y varios sarcófagos sellados. El tercer nivel es inaccesible ya que se encuentra inundado.
Caminando por Shari Hurriya se llega a la Mezquita Nebi Danyal donde se supone que reposan los restos de Alejandro Magno en una agujero situado en la cripta y que nunca ha sido explorado con detenimiento. Muy cerca se localizan las Excavaciones de Kom ad Dik donde se encuentran los restos del único anfiteatro romano de Egipto, así como baños romanos, algunos edificios y restos de calzada del III d.C. El Museo Grecorromano acoge una excelente muestra entre la que destacan esculturas helenísticas, frescos y una bella colección de figuritas de Tanagra. Este museo está rodeado por un precioso jardín de esculturas. Después de la visita al museo, es un buen momento para beber algo en Pastroudis, un café griego de gran encanto.
No se puede dejar Alejandría sin visitar los hermosos parques y jardines de esta ciudad como el Jardín del Palacio de Montazah y los de Nusha y Antoniadis, ni el Museo de las Joyas que exhibe las joyas reales de Mohammed Alí Faruk.
Para comprar se puede acudir a las tiendas y mercadillos del Barrio Atarin, a los modernos comercios de St. Mitwalli o a los zocos de Midan Tahir.


EL DELTA DEL NILO

La ruta que va de Alejandría hasta el Delta del Nilo es aconsejable hacerla por la carretera de la costa, para admirar el bello entorno. A tan solo 30 kilómetros de Alejandría se encuentra Agami, una ciudad típicamente veraniega con hoteles, restaurantes, discotecas, etc. Está considerada como la Marbella egipcia.
Continuando por la costa, 17 kilómetros más adelante, se levantan los restos del Templo de Abusir, dedicado al culto de Osiris, con un faro ptolemaico semiderruido y vestigios de la antigua ciudad de Taposiris. A poca distancia se encuentra el Monasterio de Abu Menas, construido en 1959 y cuya entrada está presidida por dos torres gemelas. El antiguo monasterio estaba dedicado a Menas un cristiano egipcio que murió en Asia Menor por no renegar de su fe. Cuenta la tradición que cuando sus restos volvieron a Egipto, en el lugar donde se edificó después el monasterio, el camello que los transportaba no quiso seguir adelante por lo que fue enterrado allí sin ninguna inscripción. Tiempo después cada vez que algún animal o persona enfermos pasaba por este emplazamiento sanaban por lo que acabó construyéndose una iglesia por orden de Atanasio en el siglo IV, a la que se unió una gran basílica 100 años después. La peregrinación a este lugar se hizo muy popular levantándose una ciudad en torno a la fuente del agua curativa. Todavía se pueden ver los cimientos de la basílica y de la iglesia así como la cripta donde descansaba el cuerpo del mártir, un baptisterio con una fuente, el hospicio y el balneario.
Alamein, a 106 kilómetros de Alejandría, fue el campo de batalla donde los Aliados al mando de Rommel, el zorro del desierto, consiguieron vencer, en el conocido como Africa Korps, a las tropas nazis. Hoy se pueden visitar los tres cementerios donde están enterrados los soldados caídos en la batalla, el Museo Militar y los Monumentos a los Soldados Desconocidos (el de piedra dedicado a los alemanes y el de mármol blanco a los italianos). Cuidado con las playas de la zona, si no está especificado que se puede bañar no lo haga, quedan minas del tiempo de guerra.
Abukir es otro lugar conocido por la guerra. El almirante Nelson derrotó en este lugar a la flota de Napoleón en 1798. Actualmente es famoso por sus pescados y mariscos.
A 65 kilómetros de Alejandría se encuentra Rosetta, el lugar donde fue descubierta la Piedra Rosetta con la que Champollion consiguió descifrar los jeroglíficos egipcios. Aunque esta piedra está en el Museo Británico este pueblo conserva otros atractivos como las casas turcas de los siglos XVII y XVIII y varias mezquitas de gran belleza entre las que destaca la de Zagulul.
Los cuatro monasterios de Uadi Natrum, fundados en el IV, tienen muros de más de 10 metros de altura para preservar la vida ascética. Los monasterios de Deir Amba Bischoi, Deir Amba Baranus, Deir el-Surjan y Deir Abu Makar merecen sin lugar a dudas una visita. Sus monjes con largas barbas y hábitos negros con capuchas bordadas en dorado son cuando menos impactantes y las instalaciones, iglesias, hospicios, refectorios, celdas y ksares, lugares donde los monjes repelían los ataques de los beduinos, son impresionantes. No hay que pagar la entrada aunque se espera un donativo.
Ya en el Delta del Nilo lo más hermoso es la vegetación y los canales. Destacan también Mansura, con sus elegantes villas, Mersa Matruh, ciudad con hermosas playas, una laguna y el "Baño de Cleopatra", piscina natural donde se bañaba la faraona, Sidi Abd el-Rahman, pueblo pesquero de gran encanto y Tanta, capital del Delta con una impresionante mezquita de estilo turco dedicada al santo de la ciudad, Said Ah-mad Al Badawi.


EL CANAL DE SUÉZ

La antigua idea de unir el Mediterráneo y el Mar Rojo que surge ya en el siglo VII a.C. cobra realidad en el siglo XIX cuando se lleva a cabo su construcción. Fue el ingeniero francés Ferdinand de Lesseps, a través de una suscripción pública en Europa con la que se fundó la Compañía del Canal de Suez, quien diseño los planos. Su construcción comenzó en 1859 y finalizó diez años después. Los 160 kilómetros de longitud del Canal costaron alrededor de 25 millones de libras de los que más de dos tercios pagó Egipto. Más de 25.000 trabajadores en tres turnos diarios trabajaron en este proyecto que se inauguró en noviembre de 1869 con la presencia de la realeza europea y árabe. La apertura del Canal supuso un gran auge del comercio para todo el mundo ya que se redujeron considerablemente las distancias con los países del Lejano Oriente.
Poco después de su inauguración pasó a manos británicas ya que Egipto tuvo que vender sus acciones por cuatro millones de libras esterlinas, ante la deuda del país. Esta ocupación provocó diversos enfrentamientos hasta que en 1954 Nasser consiguió que las tropas británicas se retiraran del Canal. Numerosos enfrentamientos, esta vez con los israelíes, mantuvieron el canal cerrado durante seis años hasta que fue reabierto definitivamente en el año de 1975.
Las principales ciudades del Canal son Port Said, famosa por sus tiendas libres de impuestos, Ismailia, la ciudad más hermosa del Canal con un ambiente tranquilo y acogedor y Port Tawfig, el puerto principal.


LA PENÍNSULA DEL SINAÍ

La Península de Sinaí, considerada tierra sagrada por varias religiones, está bañada por el Mar Rojo. Sus playas son únicas, los fondos marinos espectaculares y las aguas transparentes pero en el interior, el desierto rocoso, no es menos bello con extrañas formaciones entre las que se pueden ver aún a los beduinos con sus camellos atravesando este lugar extrañamente mágico.
En la zona norte de la península, la ciudad de Al-Arish es el principal núcleo de población. Su principal atractivo son sus playas de arenas blancas, muy limpias y con palmeras en la orilla. En el museo local se expone artesanía y joyería beduinas. Cerca de la estación se encuentran las ruinas de una antigua ciudadela del siglo XIV del Sultán Suleimán. No olvide visitar el mercadillo de los beduinos que se celebra los jueves y el zoco de la fruta, los melocotones son deliciosos.
En la zona sur de la península se encuentran maravillosas costas, montañas y lugares de interés histórico. Santa Catalina, a los pies del Monte Sinaí conocido también como la montaña de Moisés con 2.285 metros de altura, acoge el célebre Monasterio griego ortodoxo fundado en el 527 por Justiniano que se supone que está en el lugar exacto donde Dios entregó las tablas de los Diez Mandamientos a Moisés. En el monasterio hay una completa biblioteca, una hermosa colección de iconos y una basílica con un precioso mosaico bizantino. Los más de 2.000 metros de altura del Monte Sinaí se pueden ascender bien por una escalera de 3.000 peldaños, o por un sendero cuya parte final son 700 escalones.
Desde Santa Catalina se puede acceder al Desierto Azul. Se le conoce con este nombre porque Jean Verame, artista belga, pintó de azul varias rocas jugando con el contraste que ofrecían los tonos rojizos y marrones de la piedra natural, consiguiendo un efecto muy llamativo.
En el Golfo de Aqaba hay numerosos lugares en los que bucear, nadar, tomar el sol y disfrutar de un paisaje encantador. Destacan Ras Muhamad, reserva natural en la que si se consigue el permiso necesario se puede practicar submarinismo en un fondo marino de gran riqueza, el Arrecife del Tiburón, ideal para nadar, la Bahía de Na'Ama, famosa por sus playas paradisíacas, Gazirat Tiran, isla con hermosos arrecifes coralinos, Dahab en cuyas cercanías se encuentra un pueblo beduino y donde se pueden alquilar cabañas de juncos, Nuweiba pueblo eminentemente turístico y Qalaat al Gindi, fortaleza medieval construida por Saladino.
Hurghada es la ciudad más desarrollada de la costa de la península. Cuenta con aeropuerto, hoteles de lujo, playas doradas, peces tropicales y arrecifes coralinos. Cerca de Hurghada se puede visitar la antigua colonia romana Mons Caludianus.


LOS OASIS DE EGIPTO

Los oasis de Egipto, remansos de vegetación y paz en medio del desierto, son de una gran belleza. Si decide visitarlos en vehículo propio, recuerde hacerlo con suficiente combustible, comida, agua, material para sacar el coche de un atasco en la arena y ropas de abrigo para las noches.
Bahariya, a 334 kilómetros de El Cairo, está situado en medio de montañas. Abundan las palmeras datileras y las casas de sus moradores están pintadas con decoraciones de distintos motivos. Aún se pueden ver mujeres con aro en la nariz y brazaletes en tobillos y muñecas. También se pueden visitar algunos restos romanos y una tumba de interés. La población más importante es Bawiti.
El Desierto Blanco recibe este nombre debido a las formaciones calcáreas de este color. Si se ven iluminadas por la luz de la luna el espectáculo es, sencillamente, alucinante.
Farafra es el más pequeño de los oasis. Situado a 170 kilómetros de Bahariya se distingue por sus altas palmeras datileras y por sus distintos árboles frutales. Es de interés el Museo de Arte en el que se pueden ver obras del pintor egipcio Badr.
Dakhla es también conocido con el sobrenombre del "Oasis Rosa", gracias a las rocas de ese color que abundan en el paisaje. Qasr, el principal núcleo de población, cuenta con calles medievales y una mezquita de adobe.
Kharga, rodeado por impresionantes dunas, es uno de los oasis mejor equipados para recibir al turismo. Dispone de hoteles, un club con piscina y una oficina de turismo. En el casco antiguo se encuentra un zoco con artículos de lo más curioso. Se debe visitar también el templo de Hibis, persa y la necrópolis cristiana del siglo IV de Al Bagavat.

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