Sunday, October 04, 2009

ISAIAH BERLIN







UN SIGLO DE ISAIAH BERLIN
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Nacido en Riga (Letonia), en 1909, murió en 1997.

Y merece la pena conocer su vida y su obra.
Una de esas raras biografías en que la fuerza del personaje está por encima de su propia obra, según nos cuenta Michael Ignatieff. .


Isaiah Berlin es una de las figuras más relevantes del pensamiento liberal del siglo XX.

Filósofo e historiador de las ideas, este judío ruso trasplantado a la Gran Bretaña como consecuencia de la Revolución rusa de 1917, de la que fue testigo excepcional en su niñez, su formación se forjó en ese semillero de grandes ideas liberales que son los grandes colegios ingleses, en donde, después ejercería su magisterio docente especialmente en Oxford, y la asesoría de su patria de adopción, Gran Bretaña, en la Embajada en los Estados Unidos de América con la misión principal de conseguir que USA entrara en la guerra de 1939/45 a favor de los aliados agonizantes frente al III Reich, lo que, por fin logra, tras el ataque japonés a Pearl Harbour.

Después vendría su estancia en la embajada inglesa en la Rusia de Stalin.

Y como consecuencia de todo ello, los contactos, las amistades, las entrevistas con los personajes más relevantes de la época. Y con los sucesos decisivos de ese momento histórico.

De todas formas y a consecuencia del largo periodo que, a consecuencia de esa guerra y el posterior rechazo mutuo entre lo español y lo inglés hasta la llegada de España a la democracia, la figura relevante de Isaiah Berlin, aquí, ha sido muy desconocida salvo para grupos reducidos de historiadores de las ideas que, no obstante, ahora van recuperando el tiempo perdido respecto a este personaje tan interesante.

A lo que sin duda ha contribuido la biografía de este judío –¡siempre los judíos!– escrita, de la mano del biografiado, por Michael Ignatieff.

Porque lo atractivo de estos personajes biografiados,tan relevantes, es que uno no sabe que es más interasente, si su pensamiento y obra fundamentalmente intelectuales y decisivas, a veces con el complemento práctico de su actuación política, o, por el contrario, la estricta historia de su vida, su escueta biografía, por el interés que despiertan los sucesivos planos de nuestro personaje que, por su relevancia, a su vez, nos muestran visiones de otros muchos personajes, decisivos en la Historia del siglo XX, y que a través de su contacto, su relación o su amistad con Isaiah Berlin nos hacen más comprensible y, desde luego, más conocidos los entresijos del complejo laberinto que es la Historia de Occidente en el pasado siglo.

Así, Isaiah Berlin, a través de esta biografía, como en un filme sugestivo sobre la época, nos va mostrando facetas de los personajes protagonistas de esa época, desde los presidentes Roosevelt y Truman o Ben Gurión, al otro que marca su réplica como es José Stalin, al que disecciona desde su visión infantil y objetiva de la Revolución de Octubre, al otro Stalin que estudia detenidamente desde su observatorio de la embajada inglesa en Moscú, todos envueltos en sus maniobras de doble sentido, de engaños mutuos, de testigos excepcionales del desarrollo de aquella guerra terrible para actuar en la cual Isaiah Berlin se presenta voluntario a las tropas inglesas siendo rechazado por extranjero, y por judío.

Hombre que se consideraba «intolerablemente feo», aunque sólo, en lo físico, era moderadamente agraciado, hipocondríaco de esos que nunca acaban de estar plenamente en situación de una aceptable salud, realizando gran parte de su trabajo intelectual en la cama, autoconsiderado de ningún interés para el prójimo aunque siempre centraba todas las tertulias en torno a la agudeza de sus planteamientos...

Sin embargo, lució, a su pesar de misógino, un amplio palmarés de mujeres más que conquistadas adrede, rendidas al encanto de la sugestión de su pensamiento y de su palabra, quizá por aquello de que las mujeres, más que a cualquier otro atractivo, suelen sucumbir al embrujo que en sus oídos ejercen el aluvión de palabras bien coordinadas y expresadas como eran las de Isaiah Berlin.

Y sin embargo, pocas veces usó o disfrutó del árbol prohibido, salvo su matrimonio con Aline Berlin, que aceptó como una de tantas obligaciones sociales sin mayor relevancia.

No hay que decir que gracias a su superior inteligencia, tanto de alumno en los selectos colegios ingleses en donde el elitismo era indispensable, como en la docencia de Oxford, su genio siempre era arrollador.

Genio de judío brillante y sobresaliente que siempre se consideró una persona agnóstica pero no por eso menos identificada con la historia y sufrimiento de su pueblo. Y no obstante su profunda y leal vinculación con Inglaterra, puesto en la disyuntiva de elegir entre Inglaterra e Israel, su determinación estaba clara a favor de éste último.

Amigo del grupo de Bloomsbury, sus conversaciones con J. Maynard Keynes, entonces en la cresta de su fama, o con Virginia Wolf y Wittgenstein, sin olvidar a Albert Einstein, Turgénev y Picasso, son altamente ilustrativas, y en general todos los contactos mantenidos con los personajes más relevantes de la cultura de la época, incluido don Miguel de Unamuno, con opiniones muy pintorescas sobre los mismos.

Pero ya asentado en la embajada inglesa de Moscú, de aquel país de su infancia, enseguida se puso en contacto con Boris Pasternak, desconcertado todavía Isaiah de que Boris hubiera estado a favor de la política de Stalin y hasta que hubiera firmado el escrito de persecución y muerte de los escritores rusos, de la mano de Stalin, contra los disidentes Kamenev y otros, aunque más tarde diera testimonio, con su obra, de militar ya en otra línea y en otros campos.

Pero, a la sazón, el faro que más le atrajo fue el de la poeta Anna Ajmátova, a la que visitó tantas veces y de la que arrancó versos conmovedores que han hecho pensar a la crítica que llegó a tener con ella algún tipo de relacion sexual.

En cierta ocasión, en una reunión de sociedad, lo presentaron así:
«He aquí el hombre más inteligente de Inglaterra».

Y el coro de asistentes enseguida respondió:
«Entonces no puede ser otro que Isaiah Berlin».








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